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Preguntas Frecuentes

  • ¿Qué es el TDAH?
    El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo provocado por un desequilibrio entre dos neurotransmisores cerebrales: la noradrenalina y la dopamina fundamentalmente, que afectan directamente a las áreas del cerebro responsables del autocontrol y de la inhibición del comportamiento inadecuado. El TDAH tiene un origen biológico, y como tal una serie de manifestaciones clínicas que impactan negativamente en su desarrollo.
  • ¿Qué podríamos decir a los que piensan que el TDAH es un trastorno inventado?
    El TDAH fue descrito por primera vez en una publicación científica en el año 1902, no mucho después de la descripción de trastornos como la Esquizofrenia o el Trastorno Bipolar. Existen además, en la literatura no científica, descripciones de niños que se corresponden con lo que hoy denominamos TDAH desde mucho antes.
  • ¿Las manifestaciones clínicas del TDAH son iguales en todas las personas?
    El TDAH es un trastorno complejo, cuyos síntomas están presentes en muy distinto grado en cada persona. Además, las consecuencias que estos síntomas pueden producir en un individuo pueden ser diferentes dependiendo de la epigenética.
  • ¿Cuál es la prevalencia de este trastorno?
    El TDAH es uno de los trastornos más frecuentes en el ámbito de la salud mental. Se estima que entre el 5% y el 7% de la población infanto-juvenil la sufre, lo que equivale a uno o dos niños por aula.
  • ¿Este trastorno es igual de frecuente en niños y en niñas?
    Con respecto a la relación entre los sexos, en varones la prevalencia es más alta en cifras que varían de 4 a 1. El TDAH que combina todos los síntomas es el más común en varones de edad escolar, mientras que el trastorno en el cual predomina el déficit de atención, es más usual entre chicas.
  • ¿Cuáles son los síntomas Del TDAH?
    Los síntomas principales son tres, que bien pueden aparecer juntos o aislados, y darse en menor o mayor intensidad: Déficit de atención o problemas de concentración. Hiperactividad, o exceso de actividad motora. Impulsividad, impaciencia e intolerancia a la frustración. Además de estos síntomas nucleares pueden darse otros asociados y/o comórbidos, y será necesario un buen diagnóstico diferencial por parte de clínicos expertos en TDAH.
  • ¿Basta con tener los síntomas para tener el Trastorno?
    No, los síntomas son necesarios, pero no suficientes. Deberían darse los síntomas en diferentes ámbitos y darse un deterioro funcional significativo en una o más áreas de la vida del niño/a.
  • ¿Todos los niños inquietos tienen TDAH?
    La hiperactividad, la impulsividad o la falta de atención son comportamientos normales durante la infancia, por lo que puede surgir la duda de cómo saber si estamos realmente ante un caso de TDAH. Es importante tener en cuenta la frecuencia e intensidad de los síntomas, así como su persistencia en el tiempo. Síntomas parecidos al TDAH en preescolar, a medida que las áreas corticales maduran, tienden a la normalidad.
  • ¿Qué causa el TDAH?
    Los estudios realizados hasta la fecha sugieren que no existe una única causa de TDAH, sino que el TDAH es un trastorno multicausal que predispone al individuo a padecerlo. Existen factores genéticos y factores epigenéticos que pueden ser un factor de riesgo o de protección, tanto en la aparición del trastorno, como en la evolución del mismo.
  • ¿El TDAH es hereditario?
    El TDAH tiene un componente genético importante, que determina hasta el 70% del trastorno. Sin embargo, los factores biológicos no genéticos y ambientales juegan también un papel importante en su desarrollo y, sobre todo, en la forma de manifestarse. Aunque su presencia en algún miembro de la familia es un factor de riesgo para los descendientes, no todos los niños y niñas con TDAH tienen antecedentes familiares.
  • ¿El cerebro de un niño con TDAH es diferente?
    Anatómicamente algunas partes del cerebro parecen ser algo más pequeñas en personas con TDAH. Funcionalmente, parece haber menos actividad eléctrica y bioquímica en algunas estructuras cerebrales de niños y niñas con TDAH.
  • ¿Cuál es la neurobiología del TDAH?
    Como ya hemos estado viendo, el Trastorno por déficit de atención e hiperactividad se presenta con tres síntomas fundamentales: hiperactividad, impulsividad y déficit de atención. Esta triada sintomática se debe a la afectación de la zona más anterior de los lóbulos frontales concretamente lo que llamamos córtex o corteza prefrontal. La corteza prefrontal es necesaria para permanecer despierto y alerta, también para resolver problemas y poder ser creativo. Las redes neuronales implicadas en este proceso tienen que coordinarse y funcionar a la perfección para poder tener una función cognitiva normal. Sin embargo, en el TDAH los mecanismos que regulan el grado de activación están desafinados y la disfunción cognitiva puede aparecer tanto por una activación deficiente, como por una activación excesiva
  • ¿Cuáles son los neurotransmisores implicados en el TDAH?
    Son Dopamina y Noradrenalina, quizás más importante el primero. La Dopamina se activa en el núcleo accumbens ante estímulos placenteros y positivos, produciendo energía y motivación además de una vivencia placentera. Esta liberación de Dopamina ante determinados estímulos hace que persistamos en la actividad que estemos haciendo.
  • ¿Cuál es la causa de que a las personas con TDAH les cueste iniciar tareas?
    La activación de la Dopamina en las personas con TDAH es algo distinta a las que no tienen TDAH. Las personas sanas activan la Dopamina de forma progresiva y proporcional a la intensidad del estímulo; mientras que, las personas con TDAH necesitan un estímulo muy potente para lograr una activación de Dopamina que les resulte lo suficientemente gratificante como para continuar con esa tarea. Por lo tanto, las personas con TDAH no tendrán problemas para persistir su actividad en tareas muy estimulantes, pero se verán fracasar con tareas cotidianas poco estimulantes. Estas experiencias les llevarán a buscar nuevas sensaciones y actividades arriesgadas con gratificaciones inmediatas porque no son capaces de persistir en actividades poco estimulantes pero beneficiosas a largo plazo. Dicho de otra manera, buscan la recompensa inmediata sin ser capaces de darse cuenta que a veces es mejor demorar la recompensa para reducir riesgos. Esta forma de funcionar en la vida puede conllevar muchos problemas, tanto personales, como sociales, familiares, académicos, laborales y de salud.
  • ¿Qué causa los síntomas de Inatención?
    El mal funcionamiento de la corteza cingulada anterior da lugar a los síntomas de atención selectiva. El déficit en atención selectiva se materializa en que la persona presta menos atención al detalle, comete errores por descuidos, da la sensación de que no escucha, se distrae con facilidad y pierde cosas. Por otra parte, el mal funcionamiento de la corteza prefrontal dorsolateral provoca problemas de organización, constancia, resolución de problemas y de atención mantenida en una tarea.
  • ¿Qué causa los síntomas de Hiperactividad e Impulsividad?
    El mal funcionamiento en la corteza prefrontal motora puede producir la hiperactividad. La hiperactividad en los niños y niñas es más acusada que en los adultos. Un niño/a con hiperactividad está en actividad continua y suele tener dificultades para jugar solo. Mientras que en los adultos, la hiperactividad se puede observar como una sensación de inquietud interna y dificultades para permanecer sentado largo rato. El mal funcionamiento de la corteza orbito-frontal puede estar relacionado con la impulsividad. Una persona impulsiva es alguien que habla en exceso, que no respeta el turno de palabra interrumpiendo a los demás y que no tiene paciencia en las esperas.
  • ¿Por qué un diagnóstico de TDAH?
    Un diagnóstico correcto es imprescindible para un tratamiento efectivo, para que padres y profesores fundamentalmente puedan ayudar al niño con Trastorno por déficit de atención con hiperactividad a que desarrolle todo su potencial. Un diagnóstico precoz es igualmente imprescindible para una pronta intervención, evitando así el agravamiento del cuadre y abordar adecuadamente los diferentes problemas que puedan surgir a lo largo de su desarrollo.
  • ¿Quién diagnostica el TDAH?
    Aquel profesional sanitario, que conoce el problema y que tiene experiencia y formación en este trastorno y en su evolución. Debería ser atendido por un equipo multidisciplinar.
  • ¿Qué se necesita para diagnosticar TDAH?
    El diagnóstico de TDAH se produce cuando la persona evidencia síntomas de inatención, impulsividad e hiperactividad antes de los siete años. Cada uno de estos síntomas se manifiesta a través de unos comportamientos determinados, que suelen ser normales en cualquier niño/a. Sin embargo, en el caso de niños y niñas con TDAH se dan con más frecuencia e intensidad y se manifiestan en dos o más ambientes (por ejemplo, en casa o en la escuela). Estos síntomas interfieren en su proceso de aprendizaje y/o en sus relaciones sociales, y más tarde, en su vida profesional.
  • ¿A partir de qué edad puede diagnosticarse un TDAH?
    La consulta con un profesional se justifica siempre que se observen problemas en el funcionamiento cotidiano de un niño/a respecto a lo que se espera por su edad, o si es un niño/a al que no se consigue manejar educativamente. Es por ello que no existe una edad "ideal" para acudir al profesional; esto dependerá de las características de cada caso. Sin embargo, el Déficit de Atención con Hiperactividad no puede diagnosticarse de manera suficientemente fiable hasta los cinco o seis años de edad. A partir de esa edad y ya en la escuela primaria, nos encontramos con un gran cambio cualitativo y cuantitativo las exigencias del entorno del niño/a, aumentan las demandas sociales y académicas y se requiere de una mayor atención y control sobre sí mismos, lo que produce mayores dificultades y una sintomatología más clara.
  • ¿Cómo se diagnostica el TDAH?
    No se diagnostica mediante observación directa del niño/a, tampoco por un cuestionario de cribado simple, ni con verlo una sola vez e intuir que es un niño hiperactivo. El diagnóstico se hace mediante un protocolo clínico bien estandarizado además de la experiencia larga en diagnóstico de TDAH del clínico que lo efectúa
  • ¿El TDAH está vinculado a otros trastornos?
    De hecho, los síntomas del TDAH muchas veces se confunden o aparecen con otros trastornos neurológicos, biológicos y conductuales. Casi la mitad de los niños/as con TDAH (en especial, los varones) también tienden a padecer el trastorno oposicionista desafiante. El trastorno de conducta aparece simultáneamente entre el 30 y el 50% de los niños/as con TDAH. Del 20 al 30% de los niños/as con TDAH evidencian trastornos afectivos, y el 25%, trastornos de ansiedad. A su vez, más de un 20% presentan problemas específicos del aprendizaje (en lectura, escritura, matemáticas). Existe además un vínculo entre el TDAH y el trastorno de tics o síndrome de Tourette, un trastorno neurobiológico que se caracteriza por tics motores y vocales. Si bien sólo un pequeño porcentaje de las personas con TDAH tienen Tourette, por lo menos el 70% de los que padecen Tourette también tiene TDAH
  • ¿El diagnóstico de TDAH presenta problemas de diagnóstico diferencial?
    Numerosos trastornos o problemas médicos pueden manifestarse por síntomas parecidos a los que están presentes en el TDAH, lo que dificulta la correcta identificación del trastorno, por lo que es necesario realizar un diagnóstico diferencial minucioso. El TDAH se puede confundir con desordenes de la infancia o con trastornos como la ansiedad, depresión etc., por eso deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica o laboral.
  • ¿Cómo debe ser una evaluación correcta del TDAH?
    El diagnóstico de este trastorno ha de basarse en una historia clínica completa y minuciosa para excluir otras posibles causas de las dificultades del niño/a, lo que incluye información de su familia, de sus profesores y una evaluación por parte de profesionales sanitarios de las diferentes áreas: psiquiatra infantil, psicólogo infantil y psicopedagogo. La evaluación de este complejo trastorno debe realizarse desde una perspectiva multiprofesional que aborde tanto la evaluación psicológica, la educativa y médica.
  • Le diagnosticaron TDAH a mi hijo. ¿Y ahora qué?
    Cuando se diagnostica TDAH a un niño/a, a menudo a los padres y madres les resulta difícil decidir la mejor manera de ayudar a su hijo/a. Es importante que los padres y madres recuerden que el TDAH se puede tratar con éxito, y es importante que los progenitores estén orientados por un profesional que conozca bien el TDAH. Hay muchas opciones de tratamiento, pero es importante pensar que el tratamiento hay que diseñarlo para cada paciente, ya que todos los niños/as con TDAH no necesitan lo mismo. Aprovechar todos los recursos disponibles ayudará a los padres y madres a guiar a su hijo/a para que logre el éxito.
  • ¿Cómo se trata el TDAH?
    El tratamiento del TDAH exige una intervención multimodal: tratamiento farmacológico, psicoeducación y entrenamiento de padres y madres, intervenciones psicológicas conductuales o cognitivo-conductuales e intervenciones escolares y psicopedagógicas.
  • ¿Para qué sirve el tratamiento?
    Un tratamiento precoz y bien organizado ayudará a controlar los síntomas principales del TDAH (hiperactividad, inatención e impulsividad), facilitando el proceso de aprendizaje académico y de comportamiento, mejorando las interacciones sociales, disminuyendo el riesgo de que aparezcan otros trastornos asociados y ayudando a que el niño tenga un mejor pronóstico de futuro.
  • ¿Qué cosas pueden mejorar o empeorar un TDAH?
    Existen varios factores que ayudan a una buena evolución del trastorno: -Un diagnóstico precoz Una educación coherente por parte de los padres La transmisión de valores positivos y estabilidad familiar El conocimiento por parte de los profesores y adaptación de las actividades educativas La colaboración entre los padres y la escuela También existen factores que pueden empeorar el pronóstico de TDAH: -Un diagnóstico retardado Fracaso escolar Una educación demasiado permisiva o severa Desavenencias y hostilidad entre los padres Problemas de salud en el niño Precedentes familiares de psicopatología
  • ¿Qué es la terapia conductual?
    Las investigaciones muestran que la terapia conductual es una parte importante del tratamiento de los niños con TDAH. Este trastorno no solo afecta la capacidad del niño para prestar atención o permanecer sentado en la escuela, sino que también afecta sus relaciones con la familia y con otros niños. Los niños con TDAH a menudo muestran conductas que pueden perturbar mucho a otras personas. La terapia conductual es una opción de tratamiento que puede ayudar a reducir estas conductas. Generalmente es útil comenzar la terapia conductual tan pronto como se realice el diagnóstico. Las metas de la terapia del comportamiento son aprender o fortalecer los comportamientos positivos y eliminar los comportamientos no deseados o problemáticos. En la terapia conductual, el terapeuta trabaja con los niños para que aprendan nuevas conductas que reemplacen las que no funcionan o las que causan problemas. El terapeuta también puede ayudar a los niños a aprender a expresar sus sentimientos de manera que no generen problemas para ellos ni para otras personas.
  • ¿Es necesaria la capacitación de los padres?
    En la capacitación de los padres, los padres aprenden nuevas habilidades o fortalecen las habilidades que ya tienen para enseñarles a sus hijos y guiarlos, y para manejar su conducta. Se ha demostrado que la capacitación de los padres en terapia conductual fortalece la relación entre padres e hijos, y disminuye las conductas negativas o problemáticas de los niños. La capacitación de los padres también se conoce como capacitación en manejo del comportamiento para padres.
  • ¿Es necesaria la capacitación de los profesores?
    La eficacia de este tipo de capacitación está bien fundamentada, los maestros/as y los cuidadores de niños/as pequeños también pueden utilizar la terapia conductual en el aula, de la misma manera que lo hacen las familias. Tanto unos como otros, cuanto más aprendan sobre el trastorno y su manejo mejor evolución y más fácil será el manejo del paciente con TDAH.
  • ¿Cuál es el objetivo del tratamiento farmacológico?
    El objetivo de la medicación es estimular aquellas áreas cerebrales que están poco activas y no funcionan bien. De esta forma se mejoran los síntomas principales del trastorno, e indirectamente el rendimiento académico y el comportamiento del niño. También se facilitan las interacciones escolares, familiares y sociales, dando lugar a un desarrollo más eficaz de las intervenciones psicológicas y pedagógicas. El tratamiento farmacológico suele se medicación estimulante y no estimulante, y será un médico con suficiente experiencia en el diagnóstico y tratamiento de TDAH, quien lo decida, lo paute y lo controle.
  • “El TDAH aparece porque los niños están mal educados"
    Como hemos visto en la definición, es un trastorno del neurodesarrollo con una etiología multifactorial. En ningún caso se debe a una “mala educación” por parte de los padres. Por el contrario, una adecuada educación puede ayudar a minimizar la repercusión social y familiar del mismo; pero nunca se podría decir que es la razón del TDAH.
  • El TDAH es causado por las vacunas, ¿es cierto?
    Esta afirmación carece de aval científico, y no hay ningún estudio científico en la actualidad que la sustente. Desgraciadamente hace algunos años lustros se publicó un estudio en el que un autor relacionó el autismo con las vacunas. A pesar de que pocos años después el propio autor reconoció públicamente que había mentido, y que no existe ningún dato científico que avale esta hipótesis, esta atribución de que las vacunas pudieran producir enfermedades mentales sigue en el imaginario popular de algunas personas.
  • “Ese niño no tiene TDAH, lo que pasa es que le hacen falta son un par de tortas …”
    Desgraciadamente en más de una ocasión hemos oído afirmaciones de éste tipo…No hay que confundir nunca a un niño que ha recibido un estilo educativo inadecuado (por ejemplo, si no se han impuesto límites de una forma razonable) o sencillamente no ha sido educado en valores, con un niño que tiene TDAH, y que a pesar de haber recibido una adecuada educación, su circunstancia de padecer TDAH le dificulta una conducta socialmente normalizada. Con el TDAH se nace y obviamente nunca aparecerá porque “no se le hayan dado un buen par de tortas a tiempo” . El TDAH no aparece por una mala educación, pero una mala educación sí puede empeorar a un niño con TDAH, es decir, el estilo educativo puede ser un factor de protección o de riesgo.
  • “Eso del TDAH se lo han inventado los médicos y las farmacéuticas para vender medicamentos”
    Desgraciadamente aquellas personas que sustentan estas afirmaciones inconsistentes, no son conscientes del malestar psíquico, social y académico que puede ocasionar el TDAH a un niño correctamente diagnosticado y a su familia. Los médicos y las farmacéuticas no generan el trastorno, sólo buscan hacer un diagnóstico bien hecho y remedios para ello.
  • “Ese niño no tiene TDAH, lo que tiene que hacer es dejar de jugar a las maquinitas”
    Jugar a los videojuegos no es ningún factor etiológico. No obstante, recomendamos enfáticamente disminuir el tiempo de nuevas tecnologías (móvil, internet, Tablet, redes sociales, TV…) en detrimento de la actividad física. No hay que suprimir; sino balancear mucho más hacia la práctica deportiva. Dicho de otra forma, el deporte y la actividad física ayudan de forma sobresaliente a encauzar adecuadamente el exceso de energía y por ende a minimizar la impulsividad.
  • “El TDAH se cura con la edad”
    El niño con TDAH no puede dejar de serlo, dado que no se puede hacer que desaparezcan la causas de su trastorno, una alteración evolutiva que afecta a la maduración de algunas de sus funciones mentales y a su desarrollo. Sin embargo, es posible mitigar o eliminar las consecuencias negativas o síntomas que produce este trastorno. Un buen tratamiento, aplicado desde muy temprana edad, puede evitar los déficits en la las capacidades afectadas por el trastorno y en el proceso de aprendizaje, que interfieren en la maduración del niño. En la mayor parte de los casos -dependiendo del tiempo de evolución del trastorno sin tratamiento-, se pueden evitar las limitaciones en el rendimiento escolar, en la percepción de sí mismo y del entorno, el desarrollo de la competencia social, etc.
  • “La medicación no es necesaria”
    Por lo que respecta al tratamiento del TDAH también se han popularizado algunas opiniones inexactas. Así, por ejemplo, en determinados entornos se reitera que el tratamiento del TDAH debe comenzar sin que se emplee ningún tipo de medicación. La verdad, en cambio, es que la medicación es parte imprescindible, desde el inicio, del tratamiento. A veces incluso se cae en sensacionalismos al afirmar que los fármacos para hacer frente al TDAH son peligrosos. Nada más lejos de la realidad. Entre las medicaciones que han probado su eficacia ante el déficit de neurotransmisores, hay diversos estimulantes que actúan sobre la dopamina, y otras medicaciones no estimulantes que actúan sobre la noradrenalina. Cualquier medicación puede tener unos efectos secundarios, que están controlados, pero de ahí a hablar de peligro hay un abismo.
  • “Las medicaciones producen adicción, porque son drogas y además, frenan el crecimiento del niño”
    Este tema suele preocupar mucho a los padres y es importante que se entienda bien. Es un falso mito que el metilfenidato produzca adicción. Aunque químicamente el metilfenidato es similar a la anfetamina, a dosis normales en TDAH y por vía oral no produce efecto euforizante. El metilfenidato, al tratar el TDAH, de hecho reduce el riesgo de que el niño en el futuro abuse de drogas, porque disminuye su impulsividad. El efecto de los estimulantes sobre el crecimiento ha sido una preocupación de padres y médicos durante años y ha sido muy estudiado. Algunos estudios han mostrado una reducción de la ganancia esperada de altura en los primeros 3 años de tratamiento, aunque la significación clínica de estos datos es difícil de valorar. Otros estudios encontraron una menor talla de los niños con TDAH tratados con estimulantes a los 18 años, pero no encontraron diferencias más tarde, porque los adolescentes con TDAH completaron su desarrollo un poco más tarde, y alcanzaron tallas similares a los controles. En estudios donde se interrumpía el metilfenidato los fines de semana y en vacaciones no se observó ninguna ventaja en el crecimiento, por lo que no se recomienda parar el tratamiento los fines de semana ni en vacaciones. La talla y el peso deben monitorizarse de cerca, y en aquellos niños que pierden peso o no ganan peso adecuadamente se pueden usar suplementos energéticos y calóricos.
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